PADRE NUESTRO
No digas “Padre” si cada día no te comportas como hijo,
No digas “Nuestro” si vives aislado en tu egoísmo,
No digas “Que estás en en cielo” si sólo piensas en las cosas terrenas,
No digas “Santificado sea tu nombre” si lo invocas con tus labios
pero tu corazón está alejado de él,
No digas “Venga tu reino” si lo confundes con el éxito material,
No digas “Hágase tu voluntad” si no la aceptas cuando es dolorosa,
No digas “El pan nuestro de cada día” si no te preocupas por la gente que tiene hambre,
No digas “Perdona nuestras ofensas” si no guardas rencor a tus hermanos,
No digas “No nos dejes caer en la tentación” si no evitas las ocasiones de pecado,
No digas “Líbranos del mal” si no tomas partido contra el mal,
No digas “Amén” si no has tomado en serio las palabras del Padre Nuestro.
Son las dos de la mañana
el murmullo ya se escucha
tambores, cornetas,
los costaleros se juntan.
A la puerta de la Iglesia
poco a poco van llegando
con sus fajas y sus alpargatas
la hora están esperando.
Treinta y dos hombres van
con el paso del Nazareno
Treinta y dos hombres que con fe
lo pasearán por el pueblo.
Al golpe del capataz
el paso se ha levantado
¡cómo te llevan Jesús!
parece que vas andando.
Que me de fuerzas y salud
le pido desde aquí abajo
para que el año que viene
pueda otra vez llevarlo.
Jesús ya está en su casa
yo cansado pero contento
voy a descansar un rato
que la noche ha sido eterna.
SILENCIO
¡Callad!, no sonéis campanas,
un minuto de silencio
que allá por el Barrio Bajo
ya está reunido el pueblo
"pa" recibir a Jesús...,
es la hora del encuentro.
Han salido los romanos
pronto estará amaneciendo
y entre velas y cirios encendios
aparece "El Nazareno".
Ya cesaron los murmullos,
las palabras... son silencios,
son plegarias, oraciones
que va desgranando el pueblo.
Si no eres roteño
no entenderás el secreto
que guarda la imagen viva de
de Jesús...
Se escucha el claro sonido
de tambores y trompetas
y desde un balcón... ¡Silencio!
están cantando saetas.
Otra forma de rezar
y decirle: ¡No estás solo!
que yo camino a tu "lao"
con mi cruz sobre los hombros.
Se apagaron las velas y cirios
y entre todos los presentes
hay una expresión de asombro
al observar a Jesús.
La tierra se quedó quieta,
los vientos están calmados
y ha cesado la tormenta
al ver que "estaba llorando".
Y es que Jesús, desde arriba,
al observar a su pueblo,
ha notado que en sus filas
hoy... le falta "un nazareno".